La Batalla de Voluntades - Un Interrogatorio en Kenningard - Notas de Leift Fridden
Cita de Yoel en 15/09/2023, 7:29 pmTras la encarnizada batalla de Kenningard, la captura de aquel orco infame conocido como Drakhush, apodado "Ojo Asesino", se erigió como un logro de valor incalculable. Este temido cacique, artífice de la ofensiva que amenazaba a Kenningard, fue sometido y mantenido con vida en el mismo poblado que había intentado conquistar, encadenado y custodiado con celo por un selecto grupo de guardias. Entre ellos, destacaba un semiorco del clan Sutuhk, quien asumió el rol de intérprete durante las arduas sesiones de interrogación.
Los protagonistas principales de este inquisitivo escenario eran Ivanus Elliotek, Var Nott, y quien esto narra, un mago de renombre cuyo dominio de las artes arcanas se erigía como pieza fundamental en este macabro rompecabezas. A lo largo de las interminables horas de interrogatorio, manteníamos un raro estoicismo ante la ferocidad del orco, quien se aferraba a su orgullo incluso en cautiverio. Sus palabras, permeadas por amenazas veladas y referencias a Drak'nar, la caída de aldeas del norte, y futuros asedios planeados, eran un testimonio de la crueldad que acechaba en la mente de este líder orco.
Sin embargo, nuestro empeño en establecer un diálogo persistía, incluso frente a la hostilidad del prisionero. Era imperativo desentrañar los secretos que Drakhush albergaba en su retorcida psique. Las revelaciones obtenidas durante este proceso resultaron cruciales. Entre las más destacadas, se desveló que los orcos empleaban astutas estratagemas basadas en el clima invernal, convirtiendo las condiciones meteorológicas en su aliado. Drak'nar, con asombrosa maestría, había logrado unificar a las disímiles tribus orcas del norte, incluyendo a trolls, hobgoblins e incluso ogros de las remotas tierras de Stag Lanz, bajo su estandarte. Un hecho peculiar que el prisionero compartió fue la existencia de un oscuro ritual al que Drak'nar denominaba "seguidores", una práctica que implicaba beber la sangre del propio Drak'nar. Se especulaba que este ritual podría involucrar el uso de algún tipo de droga o magia desconocida, una forma de sometimiento a través de lo sobrenatural.
Curiosamente, el orco admitió que no había logrado someter a ciertas criaturas, particularmente a los osgos, tal vez se refería a las inmediaciones del Bosque Blanco, aunque esta suposición permanecía incierta. En cambio, no se mencionó la presencia de gigantes de montaña ni gigantoides de fuego en las filas de Drak'nar. Era crucial reconocer también la destreza de los domadores de bestias orcos, quienes desencadenaron aterradores seres en el campo de batalla, así que cualquier panorama debe tomarse en cuenta.
En lo que concierne a la evaluación física del prisionero, el ojo izquierdo del orco se destacaba como un punto de interés notable. Este ojo, adornado con misteriosas runas, otorgaba a su portador una visión mágica, similar al conjuro de "Visión Mágica Mayor". De manera inquietante, se confirmó que este ojo era un injerto de origen élfico, resultado de prácticas nigrománticas y adivinatorias, cuyos traumas periféricos insinuaban un tormento inimaginable infligido durante el proceso de implantación.
El cúmulo de información extraído en esas sesiones arrojaba una luz sombría sobre la amenaza representada por Drak'nar y sus legiones, revelando sus prácticas y estrategias con mayor claridad. Sin embargo, aún se ocultan misterios profundos que requerirían métodos menos convencionales para desentrañar.
Es imperativo destacar que la información adicional, obtenida mediante magia de encantamiento con algunos procesos de adivinación, fue procesada por mí, un mago certificado por el Consejo Arcano de Gadelica. A través de esta magia, logramos acceder a los recuerdos del orco interrogado, desvelando detalles de una magnitud impactante.
Las imágenes extraídas de la mente del orco proyectaron escenas impresionantes: más de mil guerreros orcos se movilizaban en una formación impenetrable, saciando su apetito de saqueo con los despojos del antiguo reino caído de Stag Lanz. Drak'nar, el artífice de esta alianza infernal, parecía poseer un conocimiento profundo de los oscuros secretos de ese imperio ya olvidado. Además, brujos y chamanes acompañaban sus ejércitos, fundiéndose en un poder sobrenatural, una fuerza que emanaba directamente del mismísimo Drak'nar.
Los recuerdos del prisionero confirmaron que él mismo había sido moldeado por el líder orco en persona. En este brutal proceso, el orco había sido forzado a beber la sangre de Drak'nar y sometido a rituales cuya verdadera naturaleza permanecía en las sombras. La implantación del ojo de elfo, un acto de crueldad indescriptible, dejó cicatrices tanto físicas como mentales, un recordatorio perpetuo de la depravación del cacique orco.
Se pudo establecer que el orco interrogado provenía de Stag Lanz, aunque lamentablemente, desconocía el paradero actual de Drak'nar. No obstante, los recuerdos del prisionero revelaron la existencia de una antigua fortaleza en el corazón de Stag Lanz. Sin embargo, acceder a esta fortaleza se mostraba como una tarea insuperable, ya que fuerzas siniestras custodiaban sus oscuros secretos, se obtuvo información crucial sobre un inminente ataque en el norte. Sin embargo, las inclemencias del invierno en esa región septentrional parecían ser un obstáculo insuperable para llevar a cabo una ofensiva efectiva en ese momento.
"Astucia..." fue lo último que emergió de la sanguinolenta boca del orco agonizante. ¿Qué significaba esta última palabra? La respuesta se me reveló con una claridad sobrecogedora en el instante en que la conexión con su mente y recuerdos se desvaneció, como si me hubieran arrebatado un libro de las manos. Drak'nar, con su astucia y paciencia, se tomaría su tiempo para orquestar su ataque. En este juego macabro, él ostentaba la ventaja en el tablero.
Tras la encarnizada batalla de Kenningard, la captura de aquel orco infame conocido como Drakhush, apodado "Ojo Asesino", se erigió como un logro de valor incalculable. Este temido cacique, artífice de la ofensiva que amenazaba a Kenningard, fue sometido y mantenido con vida en el mismo poblado que había intentado conquistar, encadenado y custodiado con celo por un selecto grupo de guardias. Entre ellos, destacaba un semiorco del clan Sutuhk, quien asumió el rol de intérprete durante las arduas sesiones de interrogación.
Los protagonistas principales de este inquisitivo escenario eran Ivanus Elliotek, Var Nott, y quien esto narra, un mago de renombre cuyo dominio de las artes arcanas se erigía como pieza fundamental en este macabro rompecabezas. A lo largo de las interminables horas de interrogatorio, manteníamos un raro estoicismo ante la ferocidad del orco, quien se aferraba a su orgullo incluso en cautiverio. Sus palabras, permeadas por amenazas veladas y referencias a Drak'nar, la caída de aldeas del norte, y futuros asedios planeados, eran un testimonio de la crueldad que acechaba en la mente de este líder orco.
Sin embargo, nuestro empeño en establecer un diálogo persistía, incluso frente a la hostilidad del prisionero. Era imperativo desentrañar los secretos que Drakhush albergaba en su retorcida psique. Las revelaciones obtenidas durante este proceso resultaron cruciales. Entre las más destacadas, se desveló que los orcos empleaban astutas estratagemas basadas en el clima invernal, convirtiendo las condiciones meteorológicas en su aliado. Drak'nar, con asombrosa maestría, había logrado unificar a las disímiles tribus orcas del norte, incluyendo a trolls, hobgoblins e incluso ogros de las remotas tierras de Stag Lanz, bajo su estandarte. Un hecho peculiar que el prisionero compartió fue la existencia de un oscuro ritual al que Drak'nar denominaba "seguidores", una práctica que implicaba beber la sangre del propio Drak'nar. Se especulaba que este ritual podría involucrar el uso de algún tipo de droga o magia desconocida, una forma de sometimiento a través de lo sobrenatural.
Curiosamente, el orco admitió que no había logrado someter a ciertas criaturas, particularmente a los osgos, tal vez se refería a las inmediaciones del Bosque Blanco, aunque esta suposición permanecía incierta. En cambio, no se mencionó la presencia de gigantes de montaña ni gigantoides de fuego en las filas de Drak'nar. Era crucial reconocer también la destreza de los domadores de bestias orcos, quienes desencadenaron aterradores seres en el campo de batalla, así que cualquier panorama debe tomarse en cuenta.
En lo que concierne a la evaluación física del prisionero, el ojo izquierdo del orco se destacaba como un punto de interés notable. Este ojo, adornado con misteriosas runas, otorgaba a su portador una visión mágica, similar al conjuro de "Visión Mágica Mayor". De manera inquietante, se confirmó que este ojo era un injerto de origen élfico, resultado de prácticas nigrománticas y adivinatorias, cuyos traumas periféricos insinuaban un tormento inimaginable infligido durante el proceso de implantación.
El cúmulo de información extraído en esas sesiones arrojaba una luz sombría sobre la amenaza representada por Drak'nar y sus legiones, revelando sus prácticas y estrategias con mayor claridad. Sin embargo, aún se ocultan misterios profundos que requerirían métodos menos convencionales para desentrañar.
Es imperativo destacar que la información adicional, obtenida mediante magia de encantamiento con algunos procesos de adivinación, fue procesada por mí, un mago certificado por el Consejo Arcano de Gadelica. A través de esta magia, logramos acceder a los recuerdos del orco interrogado, desvelando detalles de una magnitud impactante.
Las imágenes extraídas de la mente del orco proyectaron escenas impresionantes: más de mil guerreros orcos se movilizaban en una formación impenetrable, saciando su apetito de saqueo con los despojos del antiguo reino caído de Stag Lanz. Drak'nar, el artífice de esta alianza infernal, parecía poseer un conocimiento profundo de los oscuros secretos de ese imperio ya olvidado. Además, brujos y chamanes acompañaban sus ejércitos, fundiéndose en un poder sobrenatural, una fuerza que emanaba directamente del mismísimo Drak'nar.
Los recuerdos del prisionero confirmaron que él mismo había sido moldeado por el líder orco en persona. En este brutal proceso, el orco había sido forzado a beber la sangre de Drak'nar y sometido a rituales cuya verdadera naturaleza permanecía en las sombras. La implantación del ojo de elfo, un acto de crueldad indescriptible, dejó cicatrices tanto físicas como mentales, un recordatorio perpetuo de la depravación del cacique orco.
Se pudo establecer que el orco interrogado provenía de Stag Lanz, aunque lamentablemente, desconocía el paradero actual de Drak'nar. No obstante, los recuerdos del prisionero revelaron la existencia de una antigua fortaleza en el corazón de Stag Lanz. Sin embargo, acceder a esta fortaleza se mostraba como una tarea insuperable, ya que fuerzas siniestras custodiaban sus oscuros secretos, se obtuvo información crucial sobre un inminente ataque en el norte. Sin embargo, las inclemencias del invierno en esa región septentrional parecían ser un obstáculo insuperable para llevar a cabo una ofensiva efectiva en ese momento.
"Astucia..." fue lo último que emergió de la sanguinolenta boca del orco agonizante. ¿Qué significaba esta última palabra? La respuesta se me reveló con una claridad sobrecogedora en el instante en que la conexión con su mente y recuerdos se desvaneció, como si me hubieran arrebatado un libro de las manos. Drak'nar, con su astucia y paciencia, se tomaría su tiempo para orquestar su ataque. En este juego macabro, él ostentaba la ventaja en el tablero.