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El diario de Daraen

Primera entrada

 

Aunque no soy afín ante la idea de llevar mis vivencias escritas en un diario pues me parece excesivamente romántico este hecho, conocidos me han sugerido que lo haga... Pues es algo bien visto en el gremio de aventureros, relatar lo acontecido, lo vivido y por supuesto lo superado. Siempre creí que la vida en el campo era la más dura de todas ellas sobre todo en estas fechas y en estas tierras. El fango del campo arado, cubriendo hasta los tobillos mientras sin cesar preparas el campo para sembrar, sin importar cuanto calor haga, cuanto empapado estés en sudor, o en la mismísima nieve impregnada en tu cálida piel y ropajes, el tiempo nunca perdona y el trabajo siempre ha de hacerse...

 

Sin embargo cuan equivocado podría estar... Si bien la idea romántica de hacerte a la aventura, de ayudar a los necesitados, de hacerte un nombre en este mundo a través de proezas y hazañas queda plasmada de una forma maravillosa en las novelas y biografías que puedas leer, la cruda realidad es muy diferente. Pues hasta la mas nimia tarea encomendada por un crío puede conducirte a un destino desastroso sino estás preparado y atento como cuando tuve que internarme en los bosques y entre jabalíes hurtar algunos huevos de codorniz a punto esos malnacidos estuvieron de hacerme un segundo orificio en el culo con sus perforantes colmillos.

 

De regreso a la capital en el distrito residencial me topé con una dulce mujer de buen ver... (lástima que fuera una mujer casada) esta había perdido el broche de oro que su marido le regaló, lo había perdido en el interior de las aduanas de la ciudad en el distrito portuario y desde luego como cual caballero de brillante armadura que soy, allí que me dirigí y sí buen lector, le puedo jurar que no lo hice por ninguna pretensión sexual, a pesar de que la mujer estaba para darle tan fuerte como a cajón que no cierra. Soy una persona seria y responsable... Cuando llegué a los inmensos y desorganizados almacenes de las aduanas, me di cuenta de la inmensa plaga de ratas que había en el lugar, estaba siendo superado en número y solo no iba a poder lidiar con ellas, pues algunas parecían tener el tamaño de un perro de presa. (Creo que la fauna de estas mis tierras me odian...) por lo que decidí volver al gremio y pedir ayuda de algún compañero...

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She Wolf